LOS CASOS DE ISLAS FANTASMALES EN EL MAR CHILENO

 

La enorme cantidad de costas, rutas navieras y tradiciones náuticas que han formado parte de la semblanza general de Chile, explican la presencia en la misma buena proporción de leyendas y casos sobre barcos fantasmas, malditos o legendarios del folclore y las creencias populares, a los que ya nos hemos referido en otro artículo este sitio.

Exactamente lo mismo sucede con las islas fantasmales: territorios marítimos enigmáticos, legendarios o perdidos que nunca pudieron ser encontrados, algunos incorporados al legendario nacional incluso en tiempos más bien recientes, ya sea desde la literatura, el fakelore (folclore falso, inventado) o desde el mero mito urbano. También se ha tratado de explicar esta abundancia de casos con la posibilidad de fenómenos meteorológicos específicos que fueron confundidos por antiguos navegantes, como ilusiones óptimas de mar abierto o bandas de nubes bajas dando la idea de corresponder a siluetas de islas.

Algunos ejemplos proceden de avistamientos reales y de registros náuticos concretos que se creían confiables en su origen, pero que nunca pudieron ser corroborados o que directamente se desmintieron en la posteridad. Son las llamadas islas fantasmas del mundo, a veces causando gran controversia, teorías y discusión, inspiradoras de la terrorífica morada de Cthulhu en los libros de Lovecraft. De hecho, existe una misteriosa proclamación de una tal República de la Isla Rino, que, desde el año 2009, reclama como propias varias y soberanas de las islas fantasmas supuestamente ubicadas enfrente de las costas chilenas.

Otras islas surgen desde el relato legendario y fantástico, generalmente procedentes de la mitología de pueblos nativos o de relatos conocidos en tiempos del descubrimiento y la conquista de los actuales territorios chilenos. También los hay en rangos de neomitología. Y aunque se trata también de islas perdidas de existencia indemostrable, no han faltado quienes intentan relacionarlas con posibles islas reales o desaparecidas.

Cierta leyenda infantil dice que una isla encantada se puede ver en la distancia cada tarde en el lugar exacto en donde se pone el sol sobre el océano Pacífico, tal vez con el efímero rayo verde del crepúsculo... Aquí dejaremos una lista de los principales casos que se han conocido sobre aquellas islas perdidas y fantasmales en la tradición y la navegación chilenas, ordenadas de norte a sur.

ROCAS EMILIA O EMILY (mar enfrente de la Región de Antofagasta)

Se trataría de una roca o grupo de ellas observadas en 1869 por el navío Emily, desde donde procede su nombre, en la posible ubicación 25°38'S 87°25'W. Se la describió entonces como de 120 pies de longitud y con 15 a 20 pies de altura, conformada por una estéril piedra volcánica y superficie arenosa. A diferencia de otras islas fantasmas, no fue divisada solo una vez, pues el medio "Merchant Marine Magazine" aseguraba en 1873 que otros dos navíos la habrían observado en su ruta, durante aquel año.

A pesar de la insistencia en que existía, las exploraciones chilenas de la corbeta O'Higgins no pudieron dar con ella. Según el texto "Sailing the Pacific" de Miles Hordern, intentos posteriores de 1903 tampoco pudieron encontrarla, debiendo resignarse a la idea de que se trataba de otra isla perdida. Desde entonces, se han propuesto diferentes explicaciones para su posible aparición y desaparición.

Teorías modernas sugieren que la isla de rocas pudo haber sido la cima roma del cercano monte Zasovo, que hoy se encuentra a cien metros bajo el agua en la ubicación 25°30'S 87°15'W, formando parte del cordón submarino de Salas y Gómez.

ROCA MARCADA (mar enfrente de la Región de Antofagasta)

El reporte provino en 1869 desde el navío Great Pacific, localizándola en 25°40'S 85°00'W. Esto es más o menos enfrente de la ciudad de Taltal, al este de Isla de Pascua y de Salas y Gómez. Sin embargo, cuando el navío Sumbawa pasó por la misma zona, no pudo verificar la existencia de dicho peñón o islote de rocas.

Estudios actuales descartan la existencia de algún accidente submarino en la zona que pudiera explicar el reporte de existencia de la isla en el siglo XIX.

ROCA O ISLA MINNEHAHA (mar al noroeste de islas de Pascua y de Salas y Gómez)

Fue observada en 1879 por el capitán Beckwith a bordo del navío Victoria, localizándola hacia las coordenadas 26°28'20"S 105°21'45"W, a unas 60 millas de la isla Salas y Gómez, en uno de los puntos más aislados e inhóspitos de todo el planeta. El nombre le fue dado por el personaje de la piel roja del poema épico "La canción de Haiawatha", de Henry Wadsworth Longfellow.

Los estudios no han logrado dar con la isla; tampoco con supuestas montañas subterráneas que, formando parte del cordón submarino de Salas y Gómez, sirvieran para explicar su existencia. A pesar de esto, ha aparecido indicada en algunas cartas y figura entre las pretensiones de la proclamada República de la Isla Rino.

PIEDRA O ROCA YOSEMITE (noroeste del archipiélago de Juan Fernández)

Fue registrada por la nave chilena Yosemite en 1903, localizándola en las coordenadas 32°05'S 83°16'W, unas 180 millas al noroeste de la isla Más Afuera, hoy Alejandro Selkirk del Archipiélago de Juan Fernández. Según las descripciones, estaba conformada por una roca de tono blanco con puntas aguzadas en su costado sureste, de unos 10 a 15 pies de alto.

La Armada de Chile intentó encontrarla en varias ocasiones durante la primera década del siglo XX, pero los resultados fueron infructuosos. Estaba casi olvidada cuando, inexplicablemente, la nave mercante chilena Allipén volvió a divisarla en mayo 1975, esta vez en la posición 31°58'S 85°40'W. La noticia que llegó a la prensa ese mismo año y causó gran atención, pero nunca pudo ser encontrada.

TIERRA DE DAVIS O DE DAVID (aguas enfrente de la Región de Atacama)

Se supone que estaría hacia el poniente del Archipiélago de Juan Fernández y de las Islas Desventuradas. Fue observada desde el mar y sin desembarcar por el pirata Edwards Davis, en 1686 o 1687, mientras descendía desde Islas Galápagos hacia el Archipiélago de Juan Fernández en la nave Batchelor Delight. La encontró a unas 500 millas de Copiapó, en la latitud 27°20'S. De acuerdo a la descripción que se hizo, tenía playas de arenas y tierras más altas hacia el noreste. Su avistamiento fue avalado por el capitán británico William Dampier, quien la definió como "una isla arenosa" considerándola parte de un continente desconocido y posiblemente relacionado con la Terra Autralis Incognita de los cartógrafos de la época.

Posteriores marinos que transitaron por la zona no verificaron la presencia de la isla, por lo que no tardó en desaparecer de las cartas náuticas. Como nadie más halló la misteriosa Tierra de Davis, su secreto llevó a pensar que pudo tratarse del Archipiélago de las Islas Desventuradas o bien de la Isla de Pascua o Rapanui. Incluso se cree que pudo corresponder a alguna clase de ilusión óptima en mar abierto.

ISLA O ISLOTE PODESTÁ (enfrente de las costas de la Zona Central)

Fuera del rango más mitológico y neofolclórico que involucra a ciertos casos, el más creído alguna vez por geógrafos y cartógrafos ha sido quizá el de la Isla o Islote Podestá, que se habría avistado en 1879 en la latitud 32° 15' S longitud 89° 08' W, a unas 1.400 kilómetros al oeste de la línea litoral de Chile enfrente del balneario de El Quisco, en la Región de Valparaíso. Recibió su nombre por el navío Barone Podestà desde la que fue vista y registrada por un capitán italiano de apellido Pinocchio, de acuerdo a las reseñas.

Hay quienes suponen que Podestá habría surgido en las cartas por un error o por haber emergido provisoriamente parte de la cordillera submarina del Cordón Roggeven, o bien por un fortuito afloramiento por causa de volcanes sumergidos. También se ha pensado que pudo ser formada por cúmulos de arena o escorias que acabaron siendo erosionadas por las aguas y cambios de alturas en la marea. Otros creen que solo se trató de un fraude llevado adelante por futuristas o adictos a temas paranormales, señalándose al norteamericano Hereward Carrington como un posible responsable, durante la primera mitad del siglo XX.

Las fuentes son contradictorias entre sí y no parecen tener una versión dominante sobre esta historia. Se dice que el tal Pinocchio habría descrito la isla como de forma oval y con unos tres cuartos de milla, alcanzando unos 40 pies de altura, reportando su hallazgo a la Oficina Hidrográfica de Italia, aunque también rondan versiones asegurando que dio noticia de la isla a las autoridades marítimas chilenas. Como sea, comenzó a aparecer en algunas cartas de Chile, Estados Unidos, Francia y otros países durante varios años, siendo registrada en los archivos del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile, SHOA, además de figurar en el "Derrotero de la Costa de Chile". Este último, a pesar de admitir que nunca había vuelto a ser vista, la describía como "una isla de forma ovalada de seis cables de circunferencia, con una restinga en su extremo SW de más o menos 2 millas, donde el mar revienta constantemente", agregando que su altura alcanzaba los 12,20 metros.

Sin embargo ya en 1895 el "Anuario Hidrográfíco" de la Marina de Chile había incluido a Podestá en la categoría de "islas esporádicas", advirtiendo que no existía en la posición que se le había señalado. Ante la falta pruebas de su existencia, entonces, la cartografía náutica del Reino Unido la retiró a principios del siglo XX y la de los Estados Unidos durante los años treinta, decayendo rápidamente la certeza de quienes aún creían que estaba presente en aquellas aguas.

Para zanjar el tema, la Armada de Chile envió a la zona al Buque Escuela Esmeralda, en 1957, encargándole la exploración de más de 1.350 millas cuadradas con sondeos, radares y vigías: después de una acuciosa observación favorecida por las buenas condiciones climáticas, no se halló la menor prueba de que Isla Podestá realmente existiera. A pesar de ello, ha seguido siendo mencionada o incorporada ocasionalmente en algunas cartas, probablemente como advertencia de seguridad para la navegación o para eventuales ejercicios de soberanía territorial sobre ella ante pretensiones internacionales en la zona o por proyecciones hacia el Antártico que otros países intentaron formular pasando por aguas chilenas.

La mítica Podestá se ha negado a extinguir su mito y ha reaparecido en diferentes medios y ubicaciones según crecía la especulación. Se la ve en una carta titulada "Chile Continental, Territorio Antártico, Islas Oceánicas y Mar Chileno" del Instituto Hidrográfico de la Armada, por ejemplo. Además, el catálogo The World Ocean Database (WOD) de la International Oceanographic Data and Information Exchange (IODE), la situó en en la posición 33°46'12"S 90°52'12"W, más o menos enfrente de las costas del puerto de San Antonio, aunque la fotografía satelital nada registra visible allí. También debió ser desmentida su existencia por el entonces comandante en jefe de la Armada, almirante Rodofol Codina, cuando en noviembre de 2008 desapareció una lancha de pescadores en la zona y la familia fue informada por adivinos charlatanes de que habían sobrevivido en Isla Podestá. Poco después, se conoció la noticia de la fundación de la pretendida República de la Isla Rino en diciembre del año siguiente, que aspiraba a incluir en su soberanía a la isla de marras y a otras consideradas también fantasmales.

ARRECIFES DE ANTONIO DE ULLOA (enfrente de las costas de Concepción)

Algunos planos hechos por cartógrafos del siglo XIX señalan la existencia de un grupo de arrecifes en un sector enfrente de las costas de Concepción y al suroriente del Archipiélago de Juan Fernández, más o menos en la línea del paralelo coordenadas 36°S.

Tal fue el caso de las cartas confeccionadas por John Pickerton  en Londres, en 1809 (en donde la señala como "Arrecife y Agua Amarilla"), y de la casa B. de Beaupre de París, particularmente en el Atlas de 1825. Lo propio sucede en un plano de J. Andriveau-Goujon y Adrien Hubert Brue, también publicado en Francia durante el año siguiente; y el de Heinrich Berghaus y Friedrich Handtke pubicado en Polonia, en 1884. Sin embargo, dicho accidente desaparece de las cartas posteriores, pudiendo estar relacionado quizá con el caso del Arrecife Sefton.

La perdida Isla Elizabeth que había sido visitada por Drake, en detalle de un plano de George Willdey de 1717, producido en Londres. Fuente imagen: David Rumsey Historical Map Collection.

Detalle del mapa de Sudamérica hecho por Emmanuel Bowen en 1744, en donde se ve parte de la Isla Elizabeth. Bowen era cartógrafo oficial de Su Majestad Británica. Tanto en este mapa como en otro parecidos no muestran completa la misteriosa isla, pues solo señalan la parte que pudieron conocer el corsario Drake y sus hombres, sin explorarla completa.

Detalle del mapa del Pacífico Sur confeccionado por Jacques-Nicolas Bellin y publicado por en París durante el año 1755. Muestra la "Tierra vista por David" (Davis).

La mítica isla Podestá en un globo terráqueo de la casa parisina Girard et Berrere. Fuente imagen: portal El Martutino ("Islas fantasmas de Valparaíso", de Juan Araya Fernández).

ARRECIFE SEFTON (enfrente de las costas de Concepción)

Se anunció su supuesta existencia en 1908, en la ubicación 36°54'S 86°25'W, a 240 millas de la entonces llamada Isla Más Afuera, hoy Alejandro Selkirk del Archipiélago de Juan Fernández. De acuerdo al "South America pilot" de la Oficina Hidrográfica de los Estados Unidos, se trataba de un doble islote rocoso, de color oscuro y con sus dos masas sólidas separadas por un canal de cierta profundidad.

Nunca pudo ser hallada, y la situación de la orografía submarina no hace posible creer que se haya tratado de una isla de duración efímera por cumbres emergidas. Es, por lo tanto, un completo enigma.

ISLA NGILL CHENMAYWE (mar enfrente de la Región de la Araucanía)

La Isla de Ngill Chenmaywe o Isla de los Muertos se supone ubicada en algún lugar perdido enfrente del Lafkenmapu o zona costera de la Araucanía, hasta donde seres espirituales intermediarios de los mundos de los vivos y los difuntos, llamados trempulcahue o trempilcahue, llevaban a las almas de fallecidos. Dice el cronista Diego de Rosales, en el siglo XVII, que esas almas son transportadas y reunidas allá para "comer papas negras". Se trata de un lugar gris y frío, en donde los fallecidos "vivirían" por un tiempo más antes de degradarse y terminar convertidos en carbón.

La isla se encontraría "al otro lado de la banda del mar", según anota el mismo sacerdote. En ella estaría el Wenumapu o territorio habitado por las almas de los difuntos, equivalente al paraíso en las creencias mapuches, aunque el folclore y las tradiciones han tendido a asociarla con la Isla Mocha ubicada en 38°22'23.1"S 73°54'56.2"W, enfrente de la localidad de Tirúa y antaño llamada Isla San Nicolás. Las comunidades lafkenches de la zona llamaban a esta misma isla Amuchra o Amucha, que traduce como Alma (am) y Resucitar (uchran), reforzando la posibilidad de que se trate de Ngill Chenmaywe o bien de su "reflejo" en el mundo material y profano.

La leyenda ha sido estudiada por varios autores, como Tomás Guevara. Los trempulcalhue entre los mapuches eran entidades que a veces adoptaban la forma de ballenas blancas, mito que ha sido asociado a la historia del cachalote albino alguna vez habitante de las aguas alrededor de la misma isla e inspirador de la novela "Moby Dick" de Herman Melville. Entre los hulliches del archipiélago de Chiloé, sin embargo, adopta la forma de un barquero similar al personaje de la mitología griega Caronte, embarcando a las ánimas de los fallecidos para llevarlos por mar hasta la mítica isla, creencia que motivó la construcción del atractivo turístico llamado el Muelle de las Almas, en Cucao.

ISLA DE LEUCHÉN GOLMA (algún lugar cerca de las provincias de Cautín y Valdivia)

La mítica isla del cacique llamado Leuchen Golma, Leuchen Gorma o Leuchengorma, fue una leyenda que circuló entre los conquistadores españoles en el siglo XVI, presentando algunas semejanzas con el mito de la Isla Salomón en Perú. Fue mencionada por el cronista Francisco López de Gómara en su "Historia General de las Indias con todo el descubrimiento y cosas notables que han acaecido desde que se ganaron hasta el año de 1551", en donde dice que el jefe indígena "poseía una isla, no lejos de su tierra, en que había un grandísimo templo con dos mil sacerdotes". De acuerdo a información que los propios vasallos de Leuchen Golma habrían dado a los españoles, además, "más adelante había amazonas, la reina de las cuales se llamaba Guanomilla, que suena cielo oro, de donde argüían muchos ser aquella tierra muy rica; mas pues ella está, como dicen, en cuarenta grados de altura, no tendrá mucho oro".

La famosa isla o su propietario nunca fueron reportados, sin embargo. El propio cronista comentaba incrédulo: "¿qué digo yo, pues aún no han visto las amazonas, ni el oro, ni a Leuchen Golma, ni la isla de Salomón, que llaman por su gran riqueza?". Quizá se haya tratado de un error de información respecto de la existencia de isla Mocha, aunque la leyenda fue adaptándose y cobrando nuevos matices, como el que menciona el escritor Miguel Serrano en su libro de corte esotérico "El Cordón Dorado", respecto de que el pequeño reino del cacique estaba señalado en realidad una isla lacustre, rodeada por siete volcanes. Hay hermosas islas centrales en lagos australes como Villarrica, Calafquén, Ranco y Todos los Santos, y la geografía volcánica de la zona es conocida, pero están lejos de ser como la mítica tierra con un templo que los informantes indígenas reportaron.

El olvidado mito de la Isla de Leuchen Golma pasó a ser otro capítulo de las varias islas perdidas en las aguas chilenas, de ese modo.

ISLA FRIENDSHIP (sector sur del Archipiélago de Chiloé cerca de Guaitecas)

Es el caso menos documentado científicamente y más cercano a la mitología contemporánea, pero el sostenido con mayor cantidad de supuestos testimonios y la más famosa de todas las islas perdidas o fantasmas de los mares chilenos, combinada con una gran cantidad de otros temas de fantasía y creencias sobrenaturales.

La historia es conocida: en la década de los años ochenta, varios radioaficionados comenzaron a lograr contacto con una supuesta congregación religiosa que hablaba con un acento extranjero y quienes divulgaban un extraño sistema de mensajes basados en los evangelios. Supuestamente, tenían su base en algún sector de la Región de Aysén, entre el archipiélago de Chonos y las Islas Guaitecas al sur de Chiloé. Varios usaban nombres de arcángeles y, ya en los contactos directos, los testigos aseguraban que era gente alta, delgada, de piel blanca, cabello claro y rasgos muy caucásicos. Residían en una supuesta isla llamada Frienship, y se movilizaban por mar en la nave Mytilus II, que solían tocar puertos en Chiloé.

La historia fue un secreto casi hermético de aquel grupo de supuestos contactados hasta que apareció en televisión en los años noventa, en la serie "OVNI" conducida por Patricio Bañados en TVN, con el testimonio de un exproductor televisivo e ingeniero Ernesto de la Fuente, asegurando haber visto y ser curado de un cáncer avanzado con los sofisticados laboratorios de la isla Friendship, a la que se llegaba por una especie de canal natural entre dos masas de tierra. Desde entonces, y a pesar de un segundo capítulo de la serie que dejó grandes dudas sobre la veracidad de otros testimonios de contactos con aquella comunidad, se desató una fiebre de buscadores del mítico lugar con toda clase de teorías sobre el origen de la misma: que serían extraterrestres de tipo "nórdico", que sería una colonia alemana de descendientes de nazis refugiados en Chile, o que se trataba se trataba de cosas aún más fantásticas y sorprendentes.

Es sabido hubo varias cosas que definitivamente fueron especulación absurda o fraudes en la historia de la fabulosa isla. Sin embargo, también es verdad que muchos supuestos contactados aparecieron en años posteriores o se animaron a exponer sus casos, algunos más públicos que otros, repitiendo las descripciones de su supuesta gente y de las avanzadas tecnologías que habría en el lugar, según la leyenda. Varias expediciones han intentado dar con la isla, algunas como parte de documentales y otras más privadas, pero ninguna ha aportado algo más de lo que ya se conoce al respecto. Algunos timadores nacionales y extranjeros también se han aprovechado de la leyenda para tratar de embaucar a hoteleros y administradores de campings en Chiloé, haciéndose pasar por contactados y pidiendo consideraciones especiales para sus cuentas como premio a esta condición.

Hay quienes creen que Friendship sería en realidad la isla Kent en Aysén, enfrente de Puerto Cisnes y al sur de Melinka, en la ubicación 44°40'S 74°07'W. Aunque esta isla tiene la virtud de "aparecer y desaparecer" parcialmente gracias a los cambios de mareas, no hay realmente confirmación de que pueda ser asociada al mito de Frienship. También circuló por algún tiempo la imagen de una isla austral que pretendió ser pasada por la verdadera Frienship, pero resultó ser un islote deshabitado de  los canales de Aysén.

Se ha supuesto, además, que la "isla" no sería más que una interpretación errada del apodo o nombre tomado por una agrupación religiosa en Chiloé para su comunidad, probablemente mormones (de ahí los rasgos rubios-caucásicos y la versión de la Biblia que divulgaban), y que nunca se trató entonces de una isla real.

ISLA R'LYEH O DE CHTULHÚ (enfrente de las costas de Aysén, próximo al mar de Oceanía)

Creación proveniente del universo de horrores del escritor norteamericano Howard Phillips Lovecraft y su famosísimo relato "La Llamada de Cthulú", 1928. La criatura que da nombre al mito literario es un gigantesco primigenio de rasgos infernales: un ser extraterrestre de tamaño descomunal, con el rostro dotado de tentáculos, cuerpo como de elefante, garras enormes y alas de dragón, pero que permanece suspendido en un sueño cíclico que, en cualquier minuto, podría cerrarse. Sólo ciertos iniciados de sectas oscuras y practicantes de ritos ancestrales de algunas tribus primitivas adoradoras de la memoria del primigenio estarían conscientes en el mundo de la existencia de este ser y sus dominios.

El gran Chutlhú permanece dormido en una mítica e ignorada isla-fortaleza del mar abierto del Pacífico, llamada Isla de R'lyeh, ubicada en las coordenadas 47°9'S y 126°43'W según el autor. De acuerdo al escritor August Derleth, miembro del mismo círculo de amigos y colegas de Lovecraft, las coordenadas serían 49°51'S y 128°34'W. En ambos casos, sería enfrente de las costas de la Región de Aysén, pero casi a medio camino con Nueva Zelanda. A veces la isla se asoma sobre el mar, y en otras es descrita como una ciudad sumergida. R'lyeh es, en tanto, el nombre de la ciudad en ruinas allí ubicada, capital de un imperio perdido en la antigüedad del mundo: "la ciudad cadavérica y de pesadilla de R'lyeh, construida hacía incontables eones por repugnantes figuras que procedian de las estrellas sin luz", escribió Lovecraft. Parecería tener algunas semejanzas con la descripción de la también ficticia Isla Calavera del océano Índico, además, la que aparece desde 1933 en los filmes del gorila gigante King Kong.

Se supone, entonces, que el monstruo de pesadillas de Cthulhú despertará algún día de su milenario letargo en R'lyeh, cuando el ciclo cósmico se complete. Ni bien lo haga, dejará la isla y saldrá a reclamar para sí la Tierra completa, destruyendo a quienes no lo reverencien ni mencionen su letanía maldita: "Cthulhu R'lyeh Ph'nglui mglw'nafh wgah'nagl fhtagn" ("En la Ciudad de R'lyeh, el difunto Cthulhu, espera soñando").

Hay quienes han querido ver en el relato de Lovecraft una suerte de anuncio o profesía, relacionando el mito de Cthulhú con el famoso caso del gruñido Bloop captado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos, en mayo de 1997. Detectado por micrófonos submarinos en el sector del Pacífico de las coordenadas 50°S y 100°W, también enfrente a las costas australes chilenas, se creyó que el Bloop podría corresponder al grito o rugido alguna clase de criatura descomunal e impensada habitante del océano, aunque interpretaciones posteriores estiman que coincidiría con las características de una gran fractura entre los cercanos iceberg antárticos.

BANCO BURNHMAM O PACTOLUS (mar al oeste del Cabo de Hornos)

Se supone que fue un banco de superficie sólida descubierto en noviembre de 1885 por el capitán norteamericano W. D. Burhman mientras navegaba en el barco ballenero Pactolus. Reportó su ubicación en las coordenadas aproximadas 56°40'S 74°20'W, al sudoeste de la Tierra del Fuego y al poniente del Cabo de Hornos. Como nunca ha podido ser localizada después de su descubridor, hay quienes suponen que se trataría de la misma isla Elisabeth que observó y tocó el corsario Francis Drake en el siglo XVI, idea propuesta por el capitán Félix Reisenberg, quien había trabajado para Burnham.

A pesar de haber alcanzado a aparecer en algunas cartas e indicaciones náuticas, la falta de pruebas de su existencia motivó a que fuera tomada solo como un mito o un error. Los sondeos realizados en 1956 por el programa de investigación antártica Deep Freeze I, particularmente los encargados al buque norteamericano Wyandot, no confirmaron la presencia de dicha isla en la zona señalada.

ISLA ELIZABETH, ELIZABETHIDES O TIERRA DE DRAKE (aguas en el sector suroeste de Magallanes)

En octubre de 1578 y tras pasar por el Estrecho de Magallanes, los hombres del marino británico Franscis Drake llegaron a una misteriosa isla ubicada al suroeste de aquel territorio, anclando la nave Golden Hind en la orilla. Allí permanecieron por tres o más noches, reunieron madera, cortaron hierbas y cazaron algunas focas y pingüinos, pues se trataba de una isla con mucha vida a la que bautizaron Isla Elizabeth. Su sobrino John Drake incluso habría hecho algunas ilustraciones de la abundante fauna que encontraron en la ínsula. De acuerdo al piloto de origen portugués Nuño da Silva, quien era parte del personal del corsario, se ubicaba en la latitud 57°S, algo que jamás pudo ser confirmado.

Se trata de uno de los casos de islas fantasmas más interesantes e investigados de los conocidos en Chile. Apareció en planos del siglo XVIII de cartógrafos como Nicolás de Fer en 1720 (París), Emmanuel Bowen en 1744 (Londres) y Thomas Kitchin en 1756 (Londres). Aunque existe incluso un croquis con la supuesta isla, hecho por Francis Fletcher hacia el 1600 y hoy resguardado por el Museo Británico, nunca pudo ser localizada la extraña isla. Por testimonios posteriores, además, se cree que alguna actividad sísmica o volcánica podría haber hecho desaparecer la isla, muy pocos meses después de la llegada de Drake a la misma.

El capitán Reisenberg investigó la posible ruta indicada por Da Silva y propuso que la isla hoy estaría sumergida, correspondiendo a una montaña submarina de arena negra y rocas pequeñas que, en determinadas circunstancias, podría haber emergido. Por esta razón, se cree que podría corresponder entonces a la misma que había observado el capitán Burhman en 1885.

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