EL GIGANTE VOLADOR DE LAS COSTAS PREHISTÓRICAS

 

El Pelagornis chilensis ha dado noticias en al mundo de la paleontología, a pesar del problema de llevar millones de años ya extinto...
Esta fue un ave marina que semejaba una combinación de pelícano y albatros, de proporciones gigantes y dentado. Probablemente tenía hábitos de vida y alimentación parecidos a estos actuales parientes suyos.
Este monstruo volador vivió en las costas de Chile entre 5 y 10 millones de años atrás, apareciendo sus restos en las costas de la Región de Atacama. Sus alas alcanzaban, cuanto menos, los 5,2 metros de envergadura según el estudio del coordinador del análisis del Museo Nacional de Historia Natural de Santiago de Chile, David Rubilar, recientemente informado en la prensa chilena y que aparecerá en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.
Como el ave tenía huesos delgados y frágiles que rara vez aparecían en estado de conservación óptimo, nunca se había tenido seguridad de su tamaño hasta el hallazgo de un fósil casi completo en la zona atacameña, cerca de Bahía Inglesa, que fue el estudiado por Rubilar y por el paleontólogo alemán Gerald Myer, quienes le dieron su nombre de Pelagornis chilensis, haciéndose publicaciones interesantes al respecto durante el mes de septiembre de 2010.
Reconstrucción (fuente imagen: dearkitty.blogsome.com).
Esqueleto fósil (fuente imagen: www.newscientist.com).
El ejemplar hallado en Chile, que se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales Senckenberg de Frankfurt, en Alemania, se conservaba en un 70% del total, lo que ha permitido establecer que la envergadura de sus alas podía llegar incluso a los seis metros o más, lo que le colocaría posiblemente en el grupo situado entre las aves más grandes de las que se tenga conocimiento, y en posible competencia por el cetro sudamericano con el Argentavis de la Patagonia, una especie de buitre o cóndor que también es estimado como el más grande pájaro de todos los que hayan volado en la Tierra.
Es así como las costas del Pacífico sudamericano alguna vez estuvieron custodiadas por la mejestuosidad de este gigante atacameño, de cuya historia recién comenzamos a aprender lo más importante, desde ahora.

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