EDIFICIO DE LA COMPAÑÍA SUD AMÉRICA: LA TORRE DE LOS TEMPLARIOS
Hermoso edificio de la Cía. "Sud-América", en construcción en Santiago (1929). Sus "templarios" eran parte del proyecto original de arquitectura.
Coordenadas: 33°26'27.85"S 70°39'8.25"W
El imponente Edificio Sud América, en pleno centro de Santiago, mezcla el art decó monumental con algo de neoclásico y claras influencias de la arquitectura de estilo Manhattan del período entre-guerras. Fue construido para la compañía de seguros del mismo nombre entre 1929 y 1930, siendo proyectado en los planos del famoso arquitecto Alberto Siegel, uno de los más importantes forjadores del aspecto urbano de Santiago, ayudado en esta tarea por su hijo Alberto Siegel Gerken.
La hermosa obra tiene un contexto bastante claro y definido en la historia urbana: fue parte de un boom arquitectónico por los rascacielos de los años veinte y treinta, el que no se vivía sólo en Chile, sino que provenía de una tendencia mundial, principalmente desde los grandes centros financieros, casi como extraño e incomprensible preludio de la Caída de la Bolsa que iba a suceder ese mismo año en que comenzaron las obras, seguida de la Gran Depresión, que frustró las aspiraciones de largo plazo de muchas de estas compañías de alcances internacionales. Los propios Chrysler Building y Empire State Building de New York, como se recordará, fueron parte de esa misma fiebre de construcción de edificios-fortalezas del movimiento institucional art decó, inaugurados por el mismo período del muchísimo más bajo modesto de acá en Santiago, pero no por ello insignificante.
Situado en la esquina surponiente de calle Bandera con Agustinas, sin duda que la mole destaca de todos los otros, especialmente por su torre-observatorio con dos gallardas estatuas guerreras que adicionan al conjunto cuatro niveles más de altura.
Aquellas esculturas son los Templarios, como llaman: sólidas obras de enorme tamaño, que en realidad representan a caballeros de aspecto medieval, innegablemente de tipo cruzado, asistiendo a un niño indefenso que abraza sus piernas como suplicando seguridad, seguramente en alegoría a la protección de los seguros ofrecidos por la firma propietaria. La interpretación que puede darse a la presencia de estos personajes linda casi en lo esotérico, mistérico y hasta conspiranoico, sin embargo, posibilidad que ha sido creativamente tomada y desarrollada por el escritor nacional Francisco Ortega para dar cuerpo argumental a su obra "El Cáliz Secreto" (2019).
A mayor abundamiento, allá en lo alto de su torre central están esas imágenes con algo de gólems en sus formas, siendo lo que más asombra, intriga y llama la atención de curiosos que observan el edificio. Las magníficas esculturas son de concreto y su aspecto es innegablemente templario, delatado por la indumentaria, armas y escudos. Cada estatua parece haber sido montada al lado del observatorio en disposición tenante, una de cara al oriente y otra al norte. Dentro de su rigidez material y de posición, ambos están en la descrita actitud de dar resguardo a desvalido representados en los infantes desnudos, a la intemperie. Y, mucho más allá de las simbologías esperables en la arquitectura masónica o de la representación alegórica de la seguridad, esta presencia ha hecho correr algunas especulaciones populares, como era de esperarse.
Ilustración de
las dos robustas esculturas de los templarios, ubicadas en la altura de la torre (basadas en fotografías de altura publicadas en FB de SCL500).
El imponente edificio, visto desde calle Agustinas y desde Bandera, hacia 1940-1945. Imagen de las colecciones del Museo Histórico Nacional.
El edificio en plena construcción, en imagen publicada por Max E. Aguirre González en el trabajo de investigación "La arquitectura moderna en Chile", en tesis para Universidad Politécnica de Madrid (2004).
Especulando un poco en las interpretaciones sobre los posibles vínculos con criptosimbología de la Logia, se sabe que, además de existir un título y rama supermasónica llamada Templaria, la figura de los Caballeros del Temple forman parte importante de los ritos y grados masónicos, siendo señalados en el origen de esta sociedad por algunos eruditos como el maestro escocés Andrew Michael Ramsay (1686- 1743), creador de los grados Escocés, Novicio y Caballero del Temple o Templario. Esta relación originaria "revelada" por Ramsay entre templarios y masones, sin embargo, ha sido cuestionada por muchos de ellos mismos y por varios estudiosos del tema, no viéndola más que algo romántico o poético.
De todos modos, el vínculo simbólico entre masonería y templarios se hace presente de varias formas, como en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado en donde la quinta de sus siete clases o categorías jerárquicas corresponden a los grados "templarios" conocidos como Gran Pontífice (19°), Venerable Maestro ad vitam (20°) y Príncipe del Tabernáculo (24°), entre otros. Este es sólo uno de los muchísimos ejemplos que verifican dicha relación conceptual y simbólica, pero la imaginación daría para interpretaciones todavía más entretenidas e interesantes de lo que se quiso decir con aquellas figuras en las alturas de la torre, verdadero rascacielos para su época... Casi parece evocar a las influencias británicas sobre la Independencia de América Latina, acaso, precisamente a través de acciones de agentes masónicos de Londres en contacto con los triángulos fraternos de la Logia Lautaro.
Como se sabe, los templarios reales, los auténticos hermanos de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Salomón, fueron conocidos también como protectores de caminos de los peregrinos, tesoreros y grandes administradores de riquezas, fundadores de la banca contemporánea con herramientas contables y financieras aún en uso. Este poder mercantil y monetario que habría sido la razón de fondo para su cruel destrucción y exterminio en Francia, en el siglo XIV. Tales virtudes representadas en los templarios permiten suponer, por lo tanto, que su presencia en el edificio era mucho más que algo decorativo para una compañía con la naturaleza de aquella que hizo levantar el edificio.
El barrio escogido para el mismo, en tanto, a un lado del centro comercial de Santiago, era conocido como un vecindario financiero de la capital, pues en los inmediatos de la cuadra donde se inició la obra del edificio estuvo también el Banco Alemán, el Banco Chileno-Alemán, la Caja de Ahorros reemplazada después por el Banco Central, la Caja Hipotecaria, el Banco Unión, el Banco de Santiago y el Banco de la República, además del Teatro Royal y una sede antigua de la Universidad Católica y su sociedad gestora, la Unión Central. Parece haber existiendo una tendencia o intención de convertir esas manzanas en un barrio financiero, entonces, rasgo que aún mantienen en parte.
En su época, fue tan imponente el diseño del Edificio de la Sud-América que incluso se comentaba la majestuosidad del mismo antes de haberse sido iniciado su construcción, siquiera: la gente se reunía a mirar las obras cuando esta aún estaba perfilada sólo por una enorme cantidad de andamios que daban una idea, al menos, de cómo iban a ser sus majestuosas formas. Hasta entonces, la compañía de seguros había tenido su sede en Moneda 1020, sólo una cuadra más al poniente y casi llegando a calle Ahumada.
Finalmente, a continuación transcribo un texto que fue publicado a fines de la década del veinte en un documento oficial del Gobierno, el "Libro de los Exponentes en Sevilla" en donde ya se elogiaba el proyecto arquitectónico del Edificio Sud América que, por entonces, recién había comenzado a materializarse:
"SUD AMERICA".- Compañía de Seguros sobre la Vida - Moneda 1020 - Santiago
Las vinculaciones de España con Chile siempre han sido numerosas en toda clase de actividades. En el ramo de seguros también se destaca en primer término una Compañía: la "Sud América", que fue fundada en 1895 por un español, y aún más un andaluz, don Joaquín Sánchez de Larragoiti.
La "Sud América" es hoy en día la Compañía más grande y más importante en toda América del Sur y extiende su acción, no sólo a dicho continente, sino también al Reino de España.
Su activo es de.......... $170.000.000. Su cartera de seguros en vigor asciende a......... $1.100.000.000. Y sus ingresos anuales pasan de.......... $70.000.000.
La Sucursal que la "Sud América" tiene en Chile es una de las más importantes que posee el Continente Sudamericano. Durante el año financiero que terminó el 31 de marzo de 1928, la Compañía realizó en Chile seguros nuevos por valor de $60.000.000. El total de la cartera de la Sucursal Chilena es hoy día superior a 200 millones de pesos.
Las reservas correspondientes a estos seguros, que ascienden a más de $29.000.000, están invertidas en su totalidad en Chile, en valores y bienes nacionales.
Dado su brillante desarrollo en Chile, la Compañía ha decidido transformar su Agencia en dicho país en una Sociedad anónima nacional, conforme la autorización concedida por el artículo 83 de la Ley N° 4228. Del mismo modo, ha resuelto tener su edificio propio en la ciudad de Santiago, y por consiguiente, dentro de poco se iniciará la construcción de un soberbio edificio en la esquina de las calles Bandera y Agustinas, en un terreno de su propiedad, según fotografía que insertamos.
El valor aproximado de esta propiedad será de más de cinco millones y medio de pesos.
La enorme mole resguardada
por las estatuas de guerreros, rápidamente
convertida en otro de los más imponentes símbolos de la ciudad de
entonces, hoy es
ocupada por el consorcio Santander-Banefe (su planta baja) y por
innumerables oficinas en sus niveles superiores. Sigue siendo uno
de los edificios más interesantes de Santiago, además... Y un dato de Ortega que suena igualmente intrigante: el piso 11, el más alto y bajo custodia templaria, corresponde a una gran central cibernética de la actual compañía.
Excelente aporte, cuando termine la cuarentena pasaremos por ali con una nueva mirada.
ResponderEliminarExcelente, muy amena y entretenida. Eché de menos fotos del interior...voy a visitarlo pronto.
ResponderEliminarGracias.
Brillante trabajo.
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