LA PIEDRA DEL SOL Y UN ENIGMA MEGALÍTICO DE LAS ROCAS DE SANTO DOMINGO

 

Ilustración de la Piedra del Sol, hecha por el propio Fonck.
Coordenadas: 33°37'46.78"S 71°38'7.38"W (Piedra del Sol)
Mucha gente visitará durante estas vacaciones -y como en todos los veranos- el elegante balneario de las Rocas de Santo Domingo, ubicado en la Provincia de San Antonio en la costa central de Chile, justo al Sur de la desembocadura del Río Maipo sobre las aguas del Océano Pacífico. Célebre por sus casas de gran estilo y por haber sido una localidad de descanso para familias de nivel socioeconómico más bien acomodado, durante estas fechas sus playas habitualmente despejadas suelen llenarse de toallas, sombrillas y pieles doradas.
Deben ser pocos los veraneantes, sin embargo, que destinan parte de su bien merecido ocio a observar con detención esos extraños y enormes lotes de rocas que le dan nombre al lugar y que, a lo sumo, les servirán para entretenerse escalándolas o refugiándose en sus sombras, allí abajo de la Gran Avenida del Mar frente a su enlace con la Avenida del Litoral, por el sector llamado Mirador del Gringo.
 
No es su culpa, sin embargo: el enigma de estas enormes rocas y las observaciones que se han hecho de ellas, permanece en un letargo de ignorancia casi generalizada, escasamente divulgados y apenas señalado por un modesto cartel en el más importante grupo del complejo, si es que esta señal informativa aún existe y no ha caído víctima de la destrucción o los infames tags y aerosoles rupestres, como ya le ha sucedido a la superficie de varias de las señaladas piedras gigantes de esas playas.
Persiste el misterio de estas extrañas estructuras, que algunos presumen artificiales y otros consideran mera obra de la naturaleza. La más importante de ellas, la Piedra del Sol o Intihuatana es quizás la única donde las voces más autorizadas se han abierto más públicamente a las posibilidades de que sea una ciclópea construcción hecha por manos inteligentes. Pero existe también el formidable lote de rocas del Mirador del Gringo parecido a un túmulo rematado en una enorme piedra de bordes redondeados, al igual que otro conjunto de piedras vecino de gran parecido a un dolmen y que, conocido como el Ídolo del Mirador, hoy poco invisible por hallarse casi rodeado de propiedades particulares.
Hay quienes creen ver en estas rocas también a los equivalentes a menhires o columnas derrumbadas, una gran terraza de piedra, cabezas de animales talladas en algunas (tortugas, aves, etc.), algo como un trono gigante e inscripciones extrañas (triángulos, cruces, huellas humanas y hasta runas). Leyendas modernas y de neofolklore proponen que fueron hechas por una perdida raza de gigantes o por civilizaciones perdidas... Y mucho más aún.
Rocas de Santo Domingo, en imagen de 1997.
LAS TEORÍAS DE OSCAR FONCK SIEVEKING
La historia de esta curiosidad en nuestro territorio comienza con la mirada que hiciera allí el investigador y explorador chileno-alemán Oscar Fonck Sieveking (1901-1997), un escritor autodidacta e independiente autor interesantes trabajos en área de arqueología y antropología, además de ser abuelo materno de las mediáticas hermanas Cecilia y Diana Bolocco Fonck. Sus planteamientos han tenido cierta similitud y complementan a los del profesor y arqueólogo Roberto Rengifo, también controversiales y poco difundidos, además de ofrecer paralelismos con la obra de Jacques de Mahieu en Argentina.
Fonck Sieveking observó con atención las enormes rocas de la orilla de este balneario, nacido sobre viejos terrenos de la orden de Santo Domingo en la región. De ahí su nombre: Rocas de Santo Domingo. Fue él quien identificó la extraña forma semejante a un gnomon o reloj solar de unos 5 metros de altura, definiéndola como la Piedra del Sol o Intihuatana en quechua, al asociar su construcción a algún influyo o parecido a los de la cultura incásica. Sus audaces teorías para explicar el origen de semejante obra están contenidas en trabajos como "Construyamos arcas" y "Vikingos y berberiscos", donde expone la suposición de que América fue poblada por una raza del Viejo Mundo muy anterior a la colonización de migraciones asiáticas por el Puente de Beringia (hace unos 14 mil a 11 mil años), como dice en el primero de los libros mencionado:
Indudablemente América fue colonizada por tribus asiáticas a través del estrecho de Bering, como lo han demostrado investigaciones antropológicas, filológicas y culturales. Igualmente coinciden costumbres y folklore entre pueblos asiáticos y americanos. Pero quisiera dejar constancia de la convicción que me he podido formar después de estudiar durante años las leyendas y tradiciones americanas, de que no todos los pueblos americanos son de procedencia asiática. Estoy convencido de que América contaba con una población autóctona, cuando se produjeron las invasiones asiáticas, atlánticas y europeas.
 
El investigador publicó aquello en 1965, sólo 30 años después de los principales trabajos que propusieron la teoría de Beringia como la más aceptada para explicar el poblamiento de América, pero unos 60 años antes de que la misma y su derivada propuesta del poblamiento continental desde la supuesta cultura Clovis fundada por los llegados a través del puente glaciar de Siberia-Alaska hace unos 13.500 años, comenzara a naufragar a la luz de nuevos y categóricos antecedentes como el del yacimiento de Monte Verde en Puerto Montt, al Sur de Chile, datado en 14.800 años.
Para Fonck Sieveking, la zona territorial entre los ríos Maipo y Rapel habría sido habitada por una cultura desconocida anterior a las de origen asiático que se hallaban allí al momento de llegar los conquistadores hispanos. Según lo que expone en "Vikingos y berberiscos" de 1978, esta etnia habría surgido de la llegada de una expedición egipcio-berberisca que arribó en estas costas en tiempos muy remotos y que dejó, entre otras huellas, las misteriosas inscripciones descubiertas por el alemán Karl Stolp al interior de San Fernando, revisadas años después por el profesor Barry Fell, de la Universidad de Harvard. De acuerdo a su creencia, la expedición y la inscripción se habrían hecho por orden del Faraón Ptolomeo III, ascendido al trono en el año 246 antes de Cristo. Además, Fonck ve relaciones entre la toponimia de la zona y la fonética polinésica, con nombres como Tinguiririca, Rengo, Requínoa, Malloa, Pelequén, Chimbarongo, etc., arguyendo que debió recibir visitas de culturas transoceánicas quizás en más de una ocasión y siguiendo alguna misteriosa ruta de mar.
Esta cultura desconocida, que estaría emparentada también con migraciones vikingas hacia el Mediterráneo según explicó el autor, sería la autora de los megalitos que creyó ver en las Rocas de Santo Domingo y otros sectores geográficos relacionados con la cuenca del Tinguiririca.
La Piedra del Sol vista de frente, contra el Sol de la tarde.
La misma estructura vista desde su costado Sur.
LA PIEDRA DEL SOL
El misterioso conjunto de rocas que Fonck Sieveking definió como el Intihuatana local o la Piedra del Sol de Santo Domingo, habría sido para él un observatorio y medidor solar, además de lugar de adoración relacionado con la primitiva agricultura. Está en el sector de la playa conocido como La Puntilla y también lo dibujó, hacia el año 1958, todavía en pleno proceso de urbanización del poblado luego de los loteos, ventas de terrenos y creación de la comuna en los años cuarenta. Así lo describe en "Construyamos arcas":
El destino me brindó la oportunidad de llegar a conocer muy a fondo uno de los balnearios más preciosos de Chile. Todos los años he pasado mis breves veraneos en Santo Domingo, un balneario idílico de costa situado al sur de la desembocadura del río  Maipo, en la zona central de Chile.
(...) Al investigar todo el terreno en forma metódica, encontré que entre las dunas existían muchas tumbas primitivas, marcadas por una gran cantidad de trozos de cántaros, como también por una cantidad de utensilios de piedra, lo que demostraba que la manera de vivir de estos grupos étnicos correspondía a la de la edad neolítica.
Aparentemente, los indios de baja jerarquía habían sido sepultados entre las dunas y cerca de los conchales, mientras que los demás habían encontrado sepultura en un verdadero cementerio, con sus obsequios votivos y con cántaros que contenían alimentos para el viaje hacia el más allá. Inclusive pude establecer la existencia de la tumba de un cacique que será mencionada posteriormente en forma más detallada. Las tumbas entre las dunas están cubiertas con gran cantidad de piedras multicolores, formando un dintel que mide más de 500 m. de largo.
Y entrando ya de lleno a la Piedra del Sol, informa:
Como los habitantes primitivos de Santo Domingo, a orillas del río Maipo, necesitaban un calendario para sus faenas agrícolas, erigieron la piedra-calendario o roca del sol (INTIHUATANA) que aparece en la ilustración N° 9. Al observar el hacinamiento de rocas desde el frente, se ve que está formado por una gran roca que sirve de base y sobre la cual al lado derecho se levanta verticalmente una roca plana que ha sido colocada allí por la mano del hombre y que está acuñada con piedras más chicas. La roca plana que se encuentra colocada en forma diagonal forma una verdadera mira. Esta roca parece no haber sido colocada exactamente en su sitio, o sea, apoyada con todo un canto sobre la roca vertical, pero es muy posible que en esa forma hubiera ejercido una presión demasiado grande sobre ésta, haciendo peligrar su estabilidad.
Al colocarse por detrás de este grupo y si se mira a través del ángulo formado por la roca vertical y la diagonal, se tiene una verdadera mira que es complementada por un grupo de rocas colocado más hacia el Este, que debe de haber servido de alza. Desgraciadamente, este grupo de rocas ha sido dañado y no está ya completo. No obstante, sirve aún como punto de referencia para establecer la salida del sol en ciertas épocas del año.
El aspecto del conjunto de rocas, realmente es intrigante, más allá de lo discutible que pueda resultar si es natural o artificial: un aparente megalito esbelto (la roca estela) erigido y montado al lado de lo que semeja una especie de asiento descomunal, con la gran tabla de piedra cruzada y todo sobre un sólido basamento de rocas. Parece la versión pétrea del gigantesco puesto de mando, de una nave imaginaria. La piedra más alta, que funcionaría como estilo solar, es delgada vista de frente y ha sido interpretada también como una representación fálica por algunos. Vista de costado, en cambio, se la observa empotrada sobre otra piedra más gruesa e irregular, pero con forma general de triángulo rectángulo.
Y continúa el autor:
No he podido precisar, desde hace cuantos años está colocada esta estela en Santo Domingo, pero creo que cualquier astrónomo podría establecerlo a base de cálculos matemáticos, ya que existe un punto de referencia (el alza formada por el grupo hacia el Este). Sería interesante establecer en esta forma la antigüedad de este monumento prehistórico.
Siguiendo en las palabras del investigador, esta vez de "Vikingos y berberiscos":
...da la idea de que una cultura avanzada para aquellos tiempos (200 años a. de C.), erigió este monumento con el objeto de poder establecer las estaciones del año en que esta comarca tan alejada de la patria de ellos. Este monumento indicaba los equinoccios (21 de mayo y 21 de septiembre de cada año).
La Piedra del Sol, reconstruida (fuente: Fotolog de haunebu_vril).Sea por novedosas o por disparatadas, las teorías Fonck llamaron la atención de algunos estudiosos europeos, pero prendieron poco en Chile hasta tiempos recientes. Muchos las desestimaron considerándolas pseudociencia y la propia espectacularidad de sus revelaciones sonaba poco confiable, como propia de quien se propone ver un fantasma en la oscuridad hasta que consigue verlo gracias a la sugestión. Pero también en años posteriores han comenzado a ser revisadas y despejadas de sus elementos más fantásticos, para encontrar posibilidades de verdad en ellas. Francamente, no sé si el que sus observaciones hayan sido acogidas por el ufólogo español Antonio Ribera en alguno de sus libros (hecho que algunos celebran como aporte), realmente favoreció a la credibilidad y divulgación de las mismas.
Acercamiento a la estela de la Piedra del Sol.
Detalle de la piedra silla y la tabla visor.
DESTRUCCIÓN, RESTAURACIÓN Y NUEVOS ESTUDIOS
La Piedra del Sol ya tenía algunos daños debido a la antigüedad y los terremotos, según información que recibí hace años en el Museo de Ciencias Naturales y Arqueología de San Antonio, pero la mayor parte de su estructura estaba en pie en los días en que la dibuja Fonck Sieveking. Lamentablemente, sin embargo, como parte de los trabajos de urbanización de Santo Domingo fue removida de su lugar en 1968, en una decisión que aún hoy saca ronchas.
Unos diez años después de su destrucción, se implementó un primer plan de recuperación de las piezas originales para reconstruirla, para ser repuesta en el lugar. Parte de su estructura se perdió para siempre, como las gradas, y otras piezas menores debieron ser reemplazadas, sin embargo. Tiempo más tarde, la primera etapa de un nuevo plan de restauraciones y mejoramientos quedó concluida recién en 2004, con la reconstrucción de la Piedra del Sol tan cercana como se pudo en su aspecto a cómo era antes de su remoción. Un panel informativo le fue agregado entonces:
PIEDRA DEL SOL
INTIHUATANA
¿OBRA DEL HOMBRE O DE LA NATURALEZA?
SE LE CONOCE TAMBIÉN COMO INTIHUATANA POR SU SIMILITUD CON MONUMENTOS-CALENDARIOS INCAS
CUYA FINALIDAD SERÍA SEÑALAR LOS CAMBIOS DE ESTACIONES Y LOS PERÍODOS DE SIEMBRA.
"INTIHUATANA" SIGNIFICA "PIEDRA DONDE SE ATA EL SOL"
LO AMARRABAN SIMBÓLICAMENTE EL 21 DE JUNIO (SOLSTICIO DE INVIERNO) PARA OBLIGARLO A PERMANECER MÁS HORAS Y ASÍ ALARGAR LOS DÍAS.
PRIMERA ETAPA DE RECUPERACIÓN ABRIL 2004
ILUSTRE MUNICIPALIDAD DE SANTO DOMINGO
Convertido ya en un símbolo milenario para el balneario, en una charla de homenaje a la memoria de Fonck Sieveking ofrecida para la Agrupación Cultural de las Rocas Santo Domingo, el 7 de febrero de 2006, mi amigo el también investigador independiente Fernando Saieh Alonso hizo notar otro simbólico y significativo alcance nominal del Intihuatana de Santo Domingo, para la identidad local:
Las Rocas de Santo Domingo
Roca = Piedra = Stein = Huatana
Domingo = Día del Sol = Sonntag = Inti
Cabe advertir que el trabajo de investigación de la Piedra del Sol ha sido continuado por otros autores, como el arquitecto Sergio Mandujano López, por desgracia también con escasa publicidad. En 1989 publicó su trabajo "El secreto de las rocas" que, entre otras interesantes revelaciones, plantea un esquema explicativo de cómo funcionaba el observatorio solar del Intihuatana de Santo Domingo al estar situado en la parte baja de la pendiente costera y frente a la línea de vista del Sol.
 
Mandujano plantea también que entre la línea de la roca estela del Intihuatana y la salida del Sol por encima de la pendiente, había una gran piedra-puntero o aguja con forma de menhir puntiagudo, llamada Piedra Intermedia y que ya desapreció, infelizmente. Esta roca marcaba justo el lugar del orto solar.
El mismo autor agrega que cada 4 años debía ser ajustado el observatorio, describiendo un complejo mecanismo de la columna principal o estela de la Piedra del Sol en su anclaje, con rodillos o bolones y cuñas que permitían avanzar o retroceder la pesada pieza usando una roca guía y una traba para cuando estaba precisada su posición correcta. Insiste en la idea de Fonck de que la piedra en forma de tabla e inclinada sobre la roca silla marcaría un visor o una mira, y la que está atrás del respaldo correspondería una roca de refuerzo. Para él, además, otra prueba de la artificialidad de las formas de la roca sería un encastre o encaje inferior de la estela y que le da el aspecto de estar "colgando" por el borde, pero que en realidad sería el tope del viejo mecanismo que tenía para desplazarla sobre su base.
En opinión de Mandujano, pues, sólo una desaparecida cultura muy anterior a la indiana y con niveles más avanzados de tecnología y matemática, podría haber sido capaz de concebir e implementar el sofisticado sistema calendárico y de ajuste que le describe a la original Piedra del Sol. Qué tan real fue este mecanismo, sin embargo, quizás nunca podamos confirmarlo fehacientemente, pues acabó inutilizado después de la ruina y reconstrucción de la Piedra del Sol.
Esquemas ilustrados por Mandujano, mostrando el sistema general de funcionalidad de la Piedra del Sol con respecto a su alineación solar, y la descripción de su estructura y mecanismos de ajustes.
Vista de la Piedra del Sol, desde el lugar aproximado a donde se hallaba antes la piedra aguja del conjunto solar, según el esquema de Mandujano.
 
La llamada roca del "Ídolo del Mirador" en Santo Domingo, y "El Sarcófago" en el camino a San Juan. Imágenes publicadas por Raúl Núñez en iiee.cl.
Las colosales rocas del sector Mirador del Gringo.
OTRAS ROCAS ENIGMÁTICAS DEL SECTOR
Fonck Sieveking observó también el conjunto de formas redondeadas del llamado Ídolo del Mirador del Gringo, hoy poco visible entre las residencias. De hecho, fue el primer grupo de rocas que despertó su interés por investigar las formas pétreas del balneario, antes de la Piedra del Sol. En las interpretaciones más imaginativas, se lo describe como una figura con barriga prominente, cabeza barbada y brazos de rocas, muy parecido al personaje Rock Biter del filme alemán "The Never Ending Story". Aunque creo que estas descripciones están muy contaminadas por la pareidolia, no deja de ser intrigante esta estructura: un lote de enormes rocas sobre las cuales está colocada una gran piedra que es interpretada como la "cabeza" de la figura, y que parece casi equilibrada sobre la torre rocosa y encastrada sobre sus formas, al estilo de un dolmen.
Otra roca comentada en sus libros es la que denomina la Tumba del Cacique, donde distingue un curioso triángulo trazado sobre una de las piedras. Así habla de ella en "Construyamos arcas":
La roca central estaba apoyada en dos cuñas burdas de piedra, de las cuales habíamos retirado una. La otra está bien visible. En la parte superior derecha se ve un triángulo que puede ser natural, pero tal vez habrá sido hecho por la mano del hombre. La roca central está cubierta de curiosas manchas en forma de huellas de animales. Estas rocas muchas veces han sido consideradas sagradas por los indios.
El símbolo del sol (piedra tacita) es una demostración de que allí se encuentra la tumba de un jefe, ya que esta tacita está grabada en una roca rugosa, mientras que por lo general las tacitas se han ahondado en rocas lisas con el objeto de moler allí el maíz. Y estas tacitas por lo general no son tan redondas, ni de tan poca profundidad.
Con algunos amigos tomamos la determinación de penetrar dentro de la tumba, trabajando varios días consecutivos en ella. Desgraciadamente no teníamos a disposición las herramientas y útiles suficientes como para poder acometer la labor en debida forma, por lo que comenzamos a efectuar solamente los trabajos preliminares. Fácilmente retiramos la segunda cuña debajo de la roca pequeña central. En seguida tratamos de eliminar esa roca que estaba firmemente asentada en el cerro. Mientras que dos trabajábamos con barretas para soltarla por la parte superior, el tercero trabajaba por debajo, ya que allí era donde se asentaba más firmemente. La roca se soltó cuando menos lo esperábamos, aplastando casi a Guillermo, quien la había estado minando por debajo. Los constructores de la tumba la habían arreglado en forma de dificultar lo más posible una eventual profanación. Las rocas que se encontraban detrás de la que habíamos desprendido, estaban entreveradas en tal forma que no se hacía posible introducirse entre ellas, salvo empleando dinamita, lo que no era posible debido al hecho de que existían casas a muy poca distancia.
Así, la excavación ha quedado pospuesta momentáneamente, hasta que pueda efectuarse en debida forma, por medio de un grupo de entusiastas que quieran pernoctar en el terreno para evitar que la curiosidad del publico entre a dañar de noche, lo que se ha podido ir avanzando de día.
 
Está la denominada Piedra Timbal, que también tenía supuestos mecanismos de ajustes y equilibrios parecidos a la roca estela de la Piedra del Sol, según aduce declarando que eran controlados por algún mago o brujo; y las terrazas de rocas megalíticas que prácticamente destruida ya por terremotos y modificaciones del paisaje. Refiriéndose a las figuras menores en los roqueríos, agrega en "Vikingos y berberiscos":
En mis investigaciones del área arriba mencionada, he encontrado (con ayuda de un empleado de la municipalidad) a una tortuga de piedra, cuyo diseño va a continuación. Es de suponer que los araucanos no habrán tenido mayor interés por las tortugas, ya que éstas no abundaban en las playas chilenas. Por consiguiente, debió ser otro grupo étnico el que dejó esa escultura que más bien de la cabeza, ya que el cuerpo puede haber estado ya preformado por la naturaleza. Se trata del caparazón grande del animal, del que sale un cuello con una cabeza típicamente de tortuga. Si solamente se hubiese encontrado esa evidencia, tal vez podríamos suponer que los autores fueron artífices de otra cultura. Pero al encontrar una cabeza de pájaro en un grupo de piedras cercano a la playa norte, ya no se puede dudar. Fueron los norafricanos, tal vez los egipcios, o incluso los pascuenses, los que estuvieron en esta zona, dejando monumentos que demuestran su paso por esas playas.
A lo descrito, el autor suma otros casos interesantes de localidades cercanas, como supuestos restos de columnas y una especie de sarcófago de piedra de más de tres metros "tallado" con cara de frente en un cerro, en el Camino de San Juan al Norte del Río Maipo, aunque si es el que he visto alguna vez (muy maltratado por vándalos con aerosol y propagandistas políticos), manifiesto mis serias dudas sobre su pretendido origen escultórico. Confirmo en artículos de sitios de internet que lo han estudiado, que sus autores comparten este escepticismo. Además, los segmentos de columnas que Fonck describe como totalmente redondeadas y que estaban a unos 12 a 15 metros sobre el camino, hasta donde sé no han podido ser localizados nuevamente.
Costado norte de la Piedra del Sol. Detalles del montaje de la roca estela.
Roca estela en su parte más alta.
Vista general de las rocas del sector mirador y su entorno.
MÁS ALLÁ DE LAS CONJETURAS
Por supuesto, no cabe duda de que hay exageraciones e interpretaciones de inseguro respaldo entre las afirmaciones de Fonck Sieveking, particularmente en la relación egipcio-berberisca y polinésica que ve en la cultura a la que atribuye la construcción de los monumentos megalíticos de Santo Domingo y la propia identificación de varios de ellos. Me parece también que muchas de las formaciones cóncavas que señala como "huellas" esculpidas en las rocas, son en realidad concavidades naturales o nodulares, aunque es posible que hayan sido intervenidas.
 
Sin embargo, el tiempo ha ido demostrando la posibilidad de que un buen porcentaje de las suposiciones y propuestas del autor sean reales. Parte de su trabajo ha sido almacenado en el Museo Francisco Fonck de Viña del Mar, de hecho, además de hallarse en los archivos de investigadores y escritores que conocen de su obra y la han difundido, como el historiador de la Universidad Católica de Chile y escritor Rafael Videla Eissmann, autor del documental "La Piedra del Sol y los monumentos megalíticos de Santo Domingo", de 2007, además de algunos folletos sobre el tema.
La recuperación del material legado por Fonck persiste en nuestros días, entonces. El investigador Sergio Fritz Roa -por ejemplo-, también amigo nuestro, ha logrado identificar algunas otras formaciones de la costa de esta provincia que podrían corresponder a intervenciones humanas y en las que pueden identificarse figuras muy parecidas a las que se describen para Santo Domingo, como huellas humanas, tortugas, cazoletas y rostros, especialmente en las playas de El Quisco. Empero, el reconocimiento de la Piedra del Sol como posible observatorio y marcador solar es, por ahora, el paso más importante que se ha conseguido dar en la validación de estos trabajos de Fonck, aunque llama la atención la todavía tibia y tímida incorporación de la misma roca a la oferta turístico-cultural del balneario.
¿Qué harían acá, en definitiva, situadas en una playa sudamericana y en un país que no fue sede de grandes pueblos constructores, estas supuestas muestras de megalitismo prehistórico, en caso de ser tales? ¿Realmente son evidencia de que alguna secreta humanidad sin registros científicos ni históricos habitó estas costas? ¿O se trata de sólo de un asombroso truco de la naturaleza y del azar geológico, burlándose de nuestra percepción y de nuestro deseo de querer ver lo que no existe?
Estoy muy lejos de explorar posibilidades para tratar de despejar aquí siquiera la duda de si la Piedra del Sol y otras formas de las Rocas de Santo Domingo son auténticas intervenciones humanas o sólo el resultado engañoso de las fuerzas naturales sobre roqueríos costeros, pero esta limitación se debe a que la principal investigación sobre las mismas estructuras todavía se encuentra estancada casi en su punto de partida y pionero, para desgracia del conocimiento.

Comentarios

  1. Comentarios recuperados desde el lugar de primera publicación de este artículo, en el sitio URBATORIVM:

    GAM7 de enero de 2016, 12:58

    Gracias por esta información que, desde luego, desconocía. He tenido obsesión por determinadas rocas costeras, pero finalmente he pensado que mi visión ha estado influenciada por "cosas que leo"...El asunto es que he visto cierto patrón megalítico en el borde costero del norte, hasta Caldera al menos. Más allá, el farellón costero prácticamente cae directo al mar y no se aprecian estas curiosas formaciones. Saludos
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    Ricardo Chamorro7 de enero de 2016, 13:21

    Compadre, esto está espectacular. Tiene relación con un artículo que estoy escribiendo por estos días...
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    Criss Salazar7 de enero de 2016, 13:56

    Avise pues... Lo estaremos esperando. Muchos saludos.
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    Unknown29 de febrero de 2016, 10:16

    Como lugareño conosco estos megalitos a mi parecer el de las rocas de santo domingo y el de punta de tralca son los mas importantes aunque este ultimo tiene una cantidad importante de megalitos tambien en ciertas rocas se encuentran unos agujeros 5 para ser mas preciso por roca lo inigmatico es la precicion de estos agujeros tambien en cartagena existen estos agujeros frente al rompe olas y donde se encuentra la virgen de los suspiros se encuentra la piedra del sapo conocida por muy pocos ,,, bueno como simple observador espero que tomen en cuenta estos datos saludos
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    claudio contreras7 de enero de 2016, 16:51

    Como es habitual, artículos de enorme interés. Saludos.
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    Unknown25 de enero de 2016, 09:16

    Generalmente uno visita estos lugares, pero no aprecia lo importante que son los detalles mismos por falta de informacion, que debiera salir desde el municipio, ya que es frecuentado por todo tipo de personas.
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    Unknown22 de agosto de 2019, 18:41

    He leído casi todos los libros del Sr. Fonck y con asombro al visitar el Intihuatana en Santo Domingo, no quedando totalmente satisfecho, caminé unos 40 metros al norte de ella, en otras rocas, había una gran cruz en una de ellas, coloqué una brújula en esa gran piedra, horizontal y.... apunta al norte magnético.Es un tema para que sea estudiado por especialistas, yo solo soy Ingeniero químico (U.S.M.). me falta Vikingos y bereberiscos, que no encuentro.
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    Unknown25 de marzo de 2020, 21:14

    Son gigantes petrificados es cosa de verlas en google earth aca hubo una civilizacion que estuvo en la zona central desconocida Es hora de despertar
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